El bypass gástrico como fin a la obesidad
El bypass gástrico es una de las cirugías de las conocidas como cirugía bariátrica. El bypass gástrico es una intervención quirúrgica por la cual se consigue reducir el tamaño del estómago de forma considerable. Esta técnica es considerada mixta, ya que es restrictiva y a la vez, malabsortiva. Gracias a la técnica del bypass gástrico, el paciente consigue unos resultados bastantes efectivos en cuanto a la pérdida de peso. Además, este tipo de operación consigue mejorar enfermedades derivadas de la obesidad. La hipertensión, la diabetes o enfermedades cardiovasculares son enfermedades que se pueden agravar con la obesidad.
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¿En qué consiste la operación de bypass?
El bypass gástrico es un tipo de operación de reducción de estómago. Este tipo de operaciones se conocen como cirugías bariátricas. El bypass gástrico reduce considerablemente el tamaño del estómago mediante laparoscopia. El laparoscopio es un instrumento médico que es usado por el especialista para evitar una cirugía demasiado aparatosa. Durante la laparoscopia, el especialista introduce el laparoscopio por unas cinco incisiones que no superan los dos centímetros.
Durante este proceso, el cirujano corta el estómago dejando una pequeña cavidad de entre 15 y 30 ml. Esta reducción se conoce como reservorio, dejando el resto del estómago aislado para que la comida no pase por él. Gracias al reservorio, la comida pasa directamente al intestino delgado, saltándose gran parte del estómago. Este proceso consigue que la absorción de nutrientes y calorías se reduce considerablemente. Gracias al bypass gástrico, se consigue llegar antes al a sensación de saciedad, por lo que las cantidades de comida se reducen. Asimismo, durante el proceso de ingesta, la nueva conexión del estómago y el intestino hace que los alimentos no rodeen el páncreas. Gracias a la nueva ruta, el organismo absorbe menos calorías y azúcares, por lo que se reduce el riesgo a la diabetes.
Conoce los diferentes tipos de bypass
El bypass gástrico más frecuente es el de Y de Roux, que es el que hemos comentado anteriormente, que busca crear un circuito que tienen forma de Y griega, lo que hace que el páncreas no se estimule. Por la otra vía pasan las secreciones del hígado, vía biliar y páncreas, necesarias para que la digestión se junte posteriormente con el alimento más abajo.
Asimismo, el bypass gástrico se puede personalizar para cada paciente al que se le realiza. Según el grado de obesidad, los factores de riesgo, las enfermedades o los problemas cardiovasculares que se podrían generar en el paciente se realizan diferentes personalizaciones. Esto se debe a que ciertos pacientes necesitan una mayor o menor restricción de la ingesta de alimentos, así como la malabsorción, depende en un alto grado del propio paciente. Además, la búsqueda de resultados deseados también es un factor crucial a la hora de personalizar el bypass: mejorar la diabetes, diminuir las cifras de triglicéridos o colesterol, reducir peso… Según este tipo de modificaciones que sufre cada persona: bypass de una sola anastómosis, BAGUA, bypass distal, etc. Pese a ello, todos los bypass tienen el mismo funcionamiento y la misma base.
Perfil de paciente
Los pacientes a los que se les puede practicar un bypass gástrico es igual que para todas las cirugías bariátrica. La reducción de estómago está pensada para aquellas personas mayores de edad que no superen los 65 años. Su Índice de Masa Corporal tiene que ser superior a 40, pero que, si se encuentra comprendido entre 35 y 39, se tendrá en cuenta las enfermedades que tenga. Si estas enfermedades están relacionadas con la obesidad, como la diabetes, la hipertensión o la apnea del sueño, se podrá llevar a cabo un bypass gástrico, incluso para pacientes con obesidad mórbida.
Del mismo modo, la operación bypass gástrico está pensada para aquellas personas que tienen tendencia a comer o picotear entre horas, a las que normalmente se les considera personas «comilonas». Este tipo de personas tienen una relación compulsiva con la comida. Asimismo, este tipo de intervención también está planteado para pacientes con escasa actividad física o movilidad reducida, ya que el bypass gástrico les facilita considerablemente la pérdida de peso.
Ventajas de esta operación de bypass gástrico
Tras la intervención, el paciente podrá observar un gran número de ventajas en su día a día. El paciente recupera progresivamente su peso, por lo que su movilidad mejorará considerablemente. Asimismo, el paciente mejora diferentes aspectos de su salud, como el colesterol o los triglicéridos altos, así como la hipertensión. La apnea del sueño se reduce y la diabetes de tipo 2 remite inmediatamente, gracias a las incretinas, la hormona intestinal.
Gracias a la intervención, la esteatosis (hígado graso) desaparece por completo y mejoran por completo las articulaciones de todo el cuerpo. Este tipo de mejora se da gracias a que se disminuye la carga sobre ellas, por lo que recuperan su movilidad. Se reduce considerablemente el riesgo de padecer ciertos cánceres, como el cáncer de mama, de colon, tiroides, hígado, estómago… De la misma manera, el bypass gástrico hace que la esperanza de vida aumente, al igual que aumenta la calidad de vida.
¿Debo seguir una dieta tras la intervención?
Tras el bypass gástrico, el paciente deberá acostumbrarse a dietas equilibradas, ricas en nutrientes y saludables, y no solo durante un tiempo. Una vez finalizada la operación, el paciente comenzará un proceso de dietas que le llevará a reducir considerablemente su peso. Los primeros 21 días tras la operación, la persona no podrá ingerir alimentos sólidos, tan solo podrá alimentarse de líquidos. La dieta se basará en caldos sin grasas y frutas licuadas, siempre y cuando no sean ácidas. Podrá incluir alimentos como infusiones o verduras trituradas, como cremas.
Una vez superado este tiempo, a partir de la tercera semana se podrán incorporar purés. Asimismo, podrá comer frutas, compotas, vegetales o legumbres, siempre y cuando estén en forma de puré. Progresivamente, deberá añadir el resto de alimentos, como carnes blancas (pavo o pollo) y pescado desmenuzado, como la merluza. Los sólidos no aparecerán hasta un mes y medio después, siempre y cuando se haga de manera progresiva. Se recomendará al paciente hacer unas seis comidas diarias, de menor cantidad cada una de ellas. Por último, se introducirán alimentos como pasta, huevo o arroz. Todo ello ha de darse mientras el paciente ingiere una media de dos litros de agua diarios, siempre y cuando sea en pequeñas cantidades, para evitar atracones.
En Clínica Cíplex siempre estamos a la vanguardia en intervenciones quirúrgicas, por ello nos especializamos en dos operaciones quirúrgicas para reducir y poner fin a la obesidad, como lo son la reducción de estómago o el bypass gástrico. Si estás buscando poner fin a hábitos insalubres y a la obesidad, contacta con nosotros y estaremos encantados de ayudarte.



